Niharra es un municipio de la provincia de Ávila, integrado en la comunidad autónoma de Castilla y León y enclavado en el sector central del valle de Amblés. El término municipal ocupa 11,28 km² y se extiende a lo largo de la margen derecha del río Adaja, que lo atraviesa de oeste a este, aportando frescor y humedad a un paisaje de llanura granítica y suaves lomeríos :contentReference[oaicite:0]{index=0}. El núcleo urbano se localiza a 1088 m de altitud y a solo 16 km de la capital provincial, con fácil acceso por la carretera N‑502 :contentReference[oaicite:1]{index=1}. Los contrastes altimétricos —entre 1085 m y 1120 m— se enmarcan en una fosa tectónica donde abundan depósitos aluviales cuaternarios sobre granitos meteorizados :contentReference[oaicite:2]{index=2}. El clima es mediterráneo continentalizado, con inviernos fríos y veranos moderados, y la cubierta vegetal combina encinares dispersos con pastizales de secano que sostienen tradicionalmente el pastoreo ovino y bovino.
El topónimo «Niharra» se considera de raíz árabe –«almear de heno» o «lugar del heno»–, reflejo de una etapa mozárabe previa a la repoblación cristiana del siglo XI. Sin embargo, los indicios de ocupación son muy anteriores: a apenas dos kilómetros del casco se halla la villa romana de Pared de los Moros, declarada Zona de Interés Histórico por los hallazgos de cerámica sigillata y monedas del siglo II. Durante la Edad Media Niharra se articuló como aldea agraria bajo la jurisdicción de Ávila, aprovechando la proximidad del río para la irrigación de huertos y el laboreo de trigo, cebada y lino. Las crónicas de Pascual Madoz (1849) ya citan una escuela elemental, casa consistorial y la iglesia parroquial de San Cornelio y San Cipriano, así como un extenso mosaico de huertos y prados junto al Adaja.
Hoy Niharra cuenta con 183 habitantes (INE 2024) y una densidad de apenas 17 hab./km² . La base económica continúa siendo la agricultura de secano y la ganadería extensiva, complementadas por pequeñas explotaciones de turismo rural que aprovechan la cercanía a la ciudad amurallada de Ávila. El gentilicio local es charcuezo/‑a, y da nombre a la asociación cultural Los Charcuezos, impulsora de actividades etnográficas, deportivas y artísticas que refuerzan la identidad de Niharra.
Visitar Niharra supone adentrarse en un paisaje de quietud serrana, donde vestigios romanos, herencia mudéjar y tradiciones campesinas convergen en un enclave que conserva intacto el sabor de la Castilla rural.